El viernes 27 de mayo, y con la presentación de una obra de teatro basada en la matanza de Santa María de Iquique, los jóvenes de la Casa 4 dieron por inaugurado el teatro “Espacio La Libertad” en el Centro de Internación Provisorio y de Regimen Cerrado (CIP- CRC) San Bernardo de Sename, donde ACHNU/PRODENI ejecuta un proyecto de reescolarización desde hace 9 años.
Así, se transformó la plaza central del centro de internación en un espacio teatral abierto para las actividades de jóvenes, funcionarios y colaboradores de Sename, como también para agrupaciones culturales y artísticas externas que quieren realizar sus presentaciones en este lugar.
A través de este espacio, los jóvenes privados de libertad podrán experimentar distintas expresiones de arte y cultura que les permiten conectarse con sus emociones, promoviendo la reflexión y el diálogo entre ellos, al mismo tiempo que descubren sus capacidades artísticas. De esta forma, el teatro pretende ser un espacio de esperanza donde puedan vivir la magia de la creación que les permite soñar y liberarse.
La creación del teatro fue posible gracias a un proyecto FONDART presentado por el centro en conjunto con ACHNU/PRODENI y que permitió la compra de los elementos propios del teatro (equipo de sonido, iluminación, escenario, telones, entre otros).
Este proyecto fue realizado por el actor y profesor Rodrigo Contreras quien durante el 2015 implementó talleres de teatro con los jóvenes del centro. De allí que se formó la Compañía de Teatro Libertad con jóvenes de la Casa 4 y, fueron justamente ellos quienes inauguraron el escenario, presentando su obra sobre la matanza de Iquique, un trabajo elaborado en conjunto con los profesores de la escuela (CEIA Gladys Lazo) y funcionarios de la misma Casa.
Asimismo, pudieron mostrar su trabajo siete jóvenes de la Casa 2 quienes crearon una obra de títeres con el nombre “La Escuela”. Tanto el texto como los títeres fueron elaborados por los mismos jóvenes con el apoyo de la profesora Claudia Abdo de ACHNU/Itaca.
Aprovechando la inauguración del teatro “Espacio La Libertad” los funcionarios y colaboradores de Sename presentaron trabajos en lana que elaboraron los jóvenes en la Casa 3, ponchos y vestidos con diseños innovadores que están a la venta.
La cultura ya es parte del CIP-CRC San Bernardo a través del trabajo que realiza la Fundación Itaca desde hace varios años, con su Club de Lectura, Talleres de Terapia Narrativa y de Stop-Motion entre otros.
Durante los meses de abril y mayo Itaca realizó el Concurso Literario: “Letras que suenan”. El jurado del concurso estuvo compuesto por el dramaturgo Luis Barrales, el escritor Marcelo Simonetti y la poeta Ursula Starke.
Las historias ganadoras fueron presentados en la inauguración por la Compañía de Cuentacuentos Matrioska. El acto de apertura de “Espacio La Libertad” finalizó con la presentación de la obra “Violeta” del Teatro KENAZ.
Algunos textos ganadores del Concurso “Letras que suenan”:
Sin vida, ni recuerdos, ni alegría
Autor: Luis V.
No puedo dormir, no puedo dormir, mi mente me atormenta, con mis recuerdos que quisiera borrar, pero no, no los puedo arrancar, miro hacia el techo, miro la ventana, logro divisar la lluvia que cae lentamente, a ratos más fuerte, pero no puedo dormir, quisiera borrarme de este mundo alejarme, hasta pienso en matarme, tengo miedo de lo que pueda pasar, tengo miedo de vivir, tengo miedo de morir, tengo miedo a ir allá, pero no, me tengo que armar de valor, y si tengo miedo, pensaré en el miedo y las consecuencias de lo que pueda pasar si no lo hago, pero si lo hago, qué pasará, no lo sabré, solo lo sabré si lo enfrento, pero, cuál es mi verdadero miedo ¿la gente, mi familia?, ¿o será mi mente?, ¿o será que no tengo recuerdos?, ¿qué solo alucino?, tengo familia, la gente existe, pero no sé si para ellos existo, o si para mi ellos existen.
Yo para ellos existo y ellos para mi igual, pero mi familia solo en una foto los puedo mirar, mis recuerdos, no me logro acordar, quiero vivir, pero a la vez quiero morir, pero la verdad es que estoy en una pieza solo, una pieza blanca con paredes de almohadas, solo un lápiz con un papel es lo que puedo tener y una foto de mi familia, que de ellos no me logro acordar y la gente que me viene a visitar, solo pastillas y comida me vienen a dejar.
No tengo vida, tengo familia, pero no logro acordarme de ellos, cómo será que llegué acá, solo en esta pieza puedo estar, y si al baño quiero ir, solo un tarro tengo aquí.
Quiero acordarme de mi familia, quiero acordarme de mi familia, quiero acordarme de mi vida, en esta pieza yo no tengo alegría y cada vez que viene la gente, le pregunto qué hago aquí, cómo llegué, ellos solo me responden, que solo en mi mente puedo saber, pero no recuerdo nada, tengo miedo por no saber quién soy realmente y no saber qué será lo siguiente.
El dragón y el hijo
Autor: Franco A.
Había una vez en un lugar muy lejano un dragón y su hijo. El dragón era malo, hacia destrozos, quemaba las cosas, y su hijo era todo lo contrario a él, cantaba, le gustaba andar jugando en el bosque. Una vez el papá lo pilló cantando en su dormitorio y lo golpeó tan fuerte, que el dragoncito decidió irse del castillo y no volver más.
El dragoncito, llorando, no sabía a dónde estaba porque él nunca había salido de su casa. De repente escuchó unos ruidos entre medio de los árboles. Muy asustado, no sabía lo que pasaba. De un árbol salió un dragón y le preguntó:
– ¿Por qué estás llorando? -y él contestó:
-Porque estoy perdido.
El dragón le dijo:
-Te invito a mi casa -el dragoncito le dijo:
-Bueno, vamos.
El dragón le dio un plato de comida, el dragoncito le dijo:
-Muchas gracias – el dragoncito le dijo:
-¿Te gusta cantar? -y el dragón le contestó:
-Sí, me gusta -el dragoncito le dijo:
-Cantemos -y se pusieron a cantar muy contentos, los dos cantando, saltando, riéndose.
De repente, escucharon un gran golpe, se asomaron a mirar y era el papá del dragoncito que había destruido la casa del dragón. Llorando los dos, diciéndole al papá que se detuviera por favor, el papá muy enojado le dijo al dragoncito:
-¿Por qué te arrancaste de la casa? -el dragoncito le dijo:
-Porque yo no quiero ser igual a ti, yo quiero jugar, cantar – y el papá se dio cuenta y le dio un gran abrazo al hijo, diciéndole:
-Perdóname, hijo, ¡vamos para la casa!
-Espérate -le dijo el dragoncito- tengo un amigo al que tú le destruiste la casa y quiero que se vaya a vivir con nosotros.
Y el papá le dijo:
– Ya, hijo!
Finalmente los tres dragones vivieron juntos para siempre cantando y jugando.
FUENTE: achnu.cl