Hace un par de semanas, una delegación de la ONU visitó varios establecimientos carcelarios uruguayos y emitió un informe en el que pide al país mejorar las condiciones de vida de las personas privadas de libertad. En el documento se afirma que muchas de ellas viven de forma “deplorable e insalubre”. Sin embargo, en este mismo sistema carcelario existe la Unidad Nº6 de Punta de Rieles.
Una cárcel en la que los reclusos tienen las celdas abiertas y circulan durante el día como en una ciudad: van a la panadería, a la peluquería, a la carpintería. Hacen huerta. Y trabajan en muchos de esos proyectos que ellos generaron. O directamente estudian, o crean cultura. Está el ejemplo del artista Kung Fú Ombijam, el alias de Federico González, quien está preso en Punta de Rieles, y fue allí, en el espacio Matices Culturales, que comenzó a desarrollar su carrera como rapero. Tiene permiso de trabajo y está autorizado a salir a tocar. Todo esto hace que esta cárcel, la Unidad Nº6, tenga un funcionamiento muy distinto del resto del sistema penitenciario uruguayo. Para conocer más de ella, En Perspectiva visitó Punta de Rieles y recibió en estudio a Luis Parodi, educador social y director de esta cárcel desde 2014.